Vivir en una zona residencial o céntrica era la prioridad de Susana, quien hace un par de años compró su departamento en un edificio que le aseguraron sería de sólo cinco pisos.
Tras la conclusión y entrega de la obra, Susana y su familia se mudaron. En ese momento no se dieron cuenta que el edificio que debía ser de cinco era de seis plantas.
Tiempo después, cuando otros propietarios advirtieron la presencia de una nueva planta que no estaba contemplada en los planos que les enseñaron al momento de la venta, la mujer y otros vecinos reclamaron y exigieron al constructor seguridad, pero no tuvieron eco.
Ahora que se ha registrado el derrumbe del edificio Málaga en Santa Cruz, por presunta falla estructural y aparente aumento de pisos más allá de lo previsto, algunos propietarios del edificio, ubicado en la zona de La Recoleta, volvieron a reclamar.
Así como ese edificio existen varios, sobre todo en el centro, norte y noroeste de la ciudad que han sido construidos con uno o dos pisos adicionales, de los ya autorizados por la Alcaldía.
Constructores, ingenieros civiles, arquitectos e incluso autoridades de la Alcaldía y del Concejo Municipal admitieron la existencia de un sin fin de irregularidades en la construcción de algunos edificios que hay en la ciudad.
OPINIÓN recibió varias denuncias de copropietarios que viven en edificios en los que aseguran existen pisos adicionales. En dos de los casos se denunció que los constructores convirtieron el último piso, que debía ser destinado para la construcción sólo del tanque de agua, en un “garzonier”, el mismo que no aparecía cuando les vendieron los departamentos.
En otro caso, en un edificio autorizado para cinco plantas se edificó una sexta para construir dos departamentos. OPINIÓN visitó el lugar y verificó. Sin embargo, un joven que aseguró ser copropietario se enojó y negó las denuncias, cuando seis de los 12 copropietarios se movilizan para que el constructor les otorgue garantías de que en el edificio no corre ningún riesgo.
CÁLCULO ESTRUCTURAL
Para los copropietarios de edificios que tienen su “yapa”, el temor es que la estructura a futuro presente problemas.
Según el ingeniero civil Julio Guzmán, el cálculo estructural es importante en toda construcción y sólo un ingeniero civil especialista en diseño de estructuras debe realizarlo.
Afirmó que en toda edificación se hace un cálculo estructural mayor al que realmente requiere un edificio. Esto permite dar seguridad, pero de ninguna manera a realizar ampliaciones aprovechando que existe una “demasía” en el cálculo.
Explicó que, por ejemplo, si un edificio requiere de un cálculo estructural para 100 toneladas, los especialistas, por lo general, prevén un poco más. Basan el cálculo en normativas bolivianas como el Código Boliviano del Hormigón, que aunque está desactualizado, “todavía sirve”. A esto se suman las normas norteamericanas y europeas que cada tres años son actualizadas.
Sin embargo, algunos “malos constructores” aprovechan esa “demasía” y adicionan uno e incluso dos pisos más.
La versión de Guzmán es corroborada por arquitectos, ingenieros civiles e incluso un exfuncionario de Planificación de la Alcaldía, que advirtieron que, en algunos casos, prima el negocio antes que la seguridad y calidad de la obra.
Para el presidente de la Cámara de la Construcción, Jaime Ponce, los constructores deben respetar las normas y los planos, “se puede variar la distribución interna, pero no la estructura aumentando la construcción de nuevos pisos”.
Aunque señaló desconocer la existencia de edificios que hayan cometido estas irregularidades, el representante de los constructores señaló que hay comités y tribunales de ética que sancionan a los profesionales.
Por su lado, un constructor, del que se guarda su identidad, admitió haber construido un piso demás al autorizado, asegurando que la “demasía” del cálculo estructural de la obra le permitió hacer un “garzonier”.
Afirmó que el edificio en el que hizo esas ampliaciones no presenta ningún problema, “nosotros sabemos hasta cuánto podemos aumentar. No podemos hacer construcciones que pongan en riesgo la vida de las personas que lo habiten”.
Por otra parte, dijo que hay edificios en los que el cálculo estructural ha sido proyectado para diez plantas, pero por falta de dinero los propietarios sólo construyeron seis o siete, y luego de un tiempo han terminado haciendo los diez.
“No debe haber temor. Si bien hay algunos que lucran con las construcciones, la mayoría trabaja cumpliendo las normas de construcción y seguridad”, añadió.
OBRAS PARALIZADAS
Según informes a los que OPINIÓN tuvo acceso, al menos tres edificaciones están paralizadas por la poca calidad de materiales utilizados en la construcción de las columnas y la zapatas (cimentación).
De estos tres uno debe ser demolido. Si bien el cálculo estructural está diseñado para nueve pisos, por la calidad de la obra, no llegará ni al cuarto piso. En la actualidad, este edificio, ubicado en el centro de la ciudad y del que por ahora no se revela el nombre, tiene construida dos plantas.
De acuerdo a la fuente, la obra no tiene ninguna solución y los propietarios hoy reclaman a los constructores que contrataron.
Otro edificio de seis pisos, también ubicado en el centro, presenta observaciones que, a decir de la fuente, pueden ser solucionadas realizando obras de reforzamiento. Por el riesgo que existe, la construcción está paralizada.
Finalmente, está otra edificación proyectada para diez pisos, que en los cimientos y columnas de la planta baja ya presenta problemas.
Según expertos, algunos constructores abaratan costos utilizando fierro de menor grosor al indicado y poco cemento en la mezcla.
Explicaron que la mezcla para las zapatas y las columnas debe cumplir con todas las especificaciones necesarias, “si no son las adecuadas, a futuro, habrá problemas”.
Los especialistas en el área indican que esta situación no debe alarmar a la población, pero debe obligar a la Alcaldía a ejercer mayor control en las construcciones.
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