El volumen o grosor de las columnas, su disposición y otros detalles técnicos de las construcciones son revisados en los planos que el propietario o constructor envía a la Alcaldía. Una vez aprobados, nadie controla su cumplimiento en la ejecución de la obra.
El director de Administración Territorial de la Alcaldía de La Paz, Álvaro Viaña, aseguró que la comuna no controla la calidad de los materiales que son introducidos en las obras.
“El promotor contrata a un profesional independiente. Él realiza el cálculo estructural de todas las áreas en función al uso. Ahí determina las dosificaciones que tienen que estar en cada tipo de estas estructuras”, dijo.
Este estudio es visado por la Sociedad de Ingenieros de Bolivia; y la Alcaldía verifica que el proyecto cumpla con todas las disposiciones emanadas en el reglamento de Uso de Suelos y Patrones de Asentamiento (USPA). La normativa verifica las alturas, retiros, volúmenes y otras características de la construcción, no así la calidad de los materiales que son empleados.
“Es responsabilidad del promotor, a través de un contrato con una constructora o un fiscal de obra competente, que las dosificaciones especificadas en el cálculo, la memoria y toda la documentación estén debidamente realizadas”, informó Viaña.
Por su parte, el presidente de la Sociedad de Ingenieros de La Paz, Marcelo Badani, aseguró que su institución revisa los diseños de los proyectos que son ejecutados por personas privadas.
“Pero hay un pequeño problema, después que se han construido no sabemos qué se ha construido. Si se ha respetado el diseño o cambiaron”, declaró.
Badani aseguró que el problema persiste porque “mucha gente cambia, aumenta pisos y no sabemos en qué terminó el proyecto”. Respecto a estas infracciones, la Alcaldía aseguró que en muchos propietarios aprueban sus planos de construcción y modifican la obra.
“Hubo casos que duplicaron el número de pisos. A estos edificios no se les aprobó sus planos de construcción”, informó Viaña y, por tanto, los departamentos no pueden ser comercializados de forma legal.
Para evitar que se produzcan estos problemas “nosotros controlamos, a través de las unidades de fiscalización (de las Subalcaldías de cada macrodistrito) estos temas en cuanto a que los planos de construcción sigan como han sido aprobados”, concluyó Viaña.
Por su parte, Badani propuso a la Alcaldía que se realicen tareas de fiscalización una vez que concluyan con la obra.
“Actualmente trabajamos en el diseño antes de que se construya la obra y estamos llevando adelante conversaciones para fiscalizar y controlar (la construcción) y que se ejecute lo que se proyectó”, informó.
Explicó que la Sociedad de Ingenieros enviará un informe de la obra a la Alcaldía municipal.
70% de construcciones es ilegal
# Datos Según los datos de la Alcaldía se estima que la ciudad de La Paz cuenta con aproximadamente 225 mil edificaciones, de las cuales el 70% (158 mil unidades) son clandestinas. Es decir que no cuentan con la aprobación municipal o que se encuentran al margen de la normativa urbana dispuesta por la Alcaldía.
# Solución La comuna propone el Saneamiento Técnico de Edificaciones (STE) como un procedimiento de carácter regular y sustentable. Será complementario al Reglamento de Usos de Suelo y Patrones de Asentamiento (USPA) y ayudará a revertir el problema de informalidad edilicia de la ciudad de La Paz.
Creo que este señor Marcelo Badani se quiere lavar las manos, porque todos los que pertenesemos a este gremio, sabemos que el trabajo de fiscalización no termina con la revisión y aprobación de planos, muy por el contrario allí es cuando comienza el trabajo de supervisión de un proyecto, a través de los ingenieros inspectores asignados a cada una de las obras, nueva o sometida a remodelación; y una vez concluida son las autoridades municipales las que velan porque estas no sufran modificaciones sin aprobación previa y sean mantenidas de forma apropiada. También queda de parte de los colegios de ingenieros estatales velar por que las normas sean cumplidas. Entonces el llamado es a que hagamos lo que nos corresponde y para lo cual nos graduamos como ingenieros civiles, de forma individual y como gremio.
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