Se considerarán, para efectos constructivos, dos grupos de suelos:
a) Suelos arenosos y gravosos
• Con hasta 35 % de limo más arcilla – presentan características favorables y, generalmente, exigen menor cantidad de cemento para asegurar una adecuada estabilización;
• Con más de 55 % de material pasando el tamiz de malla de 4,8 mm – son bien trabajables y, cuando excepcionalmente están bien graduados, pueden contener hasta 65 % de material retenido en el referido tamiz y con un comportamiento muy bueno;
• Son suelos fácilmente pulverizables, permitiendo el procesamiento rápido de la mezcla con cemento y agua.
Cuando los suelos arenosos tienen deficiencias de finos:
• Las arenas de playa o de excavación dan buenos resultados como suelo – cemento, sin embargo exigen mayor cantidad de cemento que los suelos del primer grupo. Dada la ausencia de material cohesivo, ofrecen dificultad al movimiento de los equipos de construcción, como tractores de llantas neumáticas, camiones y motoniveladoras. Después del humedecido mejoran las condiciones de trabajo de esas máquinas;
• Las operaciones de acabado son también más difíciles.
b) Suelos limosos y arcillosos
• Son usados en la inexistencia de materiales más adecuados;
• Se prestan a la ejecución de suelo – cemento, reclamando, entre tanto, cantidades elevadas de cemento para estabilizar;
• Cuando el contenido de arcilla es elevado, la pulverización se torna difícil y la construcción se demora más.
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